viernes, 24 de marzo de 2017

El mundo se dividirá entre la superficialidad tecnológica de las aplicaciones y las tecnologías avanzadas, con formas de pensar diferentes, que ayudarán al hombre a ser más creativo e innovador para encontrar soluciones en su propia vida.

Recientemente se llevó a cabo, en Austin, Texas, la reunión anual de la "South by Southwest", donde se juntan diferentes mentes para discutir el papel de la tecnología en la vida de los humanos. Una mirada crítica sobre el papel de la tecnología en el futuro. Tecnólogos, científicos, escritores, artistas, especialistas en Internet, empresarios, e incluso políticos, asumieron una mirada crítica sobre esa tecnología de consumo que vemos todos los días y que nos hace separar de la tierra para entrar en un mundo virtual, irreal e inmediato. Donde se ausenta el pensamiento crítico y se forman creyentes de nuevas religiones cibernéticas, con gran cantidad de seguidores en busca de un mito y de la fama.

Este año, el "South by Southwest" marcó diez años desde el papel estelar de Twitter en la conferencia que se elevó a partir de una herramienta poco conocida por aficionados a la tecnología, y se convirtió en un favorito de los medios para lo que entonces se llamó la Web 2.0. Desde entonces, las empresas y las marcas han golpeado en las puertas del "South by Southwest" para perseguir los últimos avances tecnológicos y de innovación, incluso a medida que menos tecnólogos parecen estar de acuerdo. Algunos asistentes se sorprendieron cuando no se presentó prácticamente ninguna aplicación particular, y esto anuncia un cambio de juego. En estos días, después de la fiebre del oro móvil, pocos logran escapar de los campos gravitacionales de GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon) por mucho tiempo.

El escritor de ciencia ficción y futurista Bruce Sterling, se centró en la renta básica universal, una solución propuesta para el desempleo masivo que podría seguir a la automatización de muchos puestos de trabajo existentes. "Podría ser que lo que realmente es diferente esta vez y que algo realmente nuevo está pasando, es que el aprendizaje profundo y otras formas de automatización son mucho más potentes que otras formas de automatización", dijo. "Seríamos el proletariado para convertirnos en el precariado y luego en “no necesario, o dispensable.”, agregó.

En este nuevo giro de los especialistas que demuestra un cambio de mentalidad hacia las tecnologías fáciles de las aplicaciones, los expositores se centraron en la búsqueda de soluciones tecnológicas que puedan ayudar al hombre para vivir mejor, lejos del “clisé” de la movilidad y todos esos cuentos que dicen que facilitan la vida, pero lo que realmente consiguen es aumentar la ansiedad y el stress, sin olvidar la pérdida de tiempos de vida.

La inteligencia artificial, la realidad virtual, la realidad ampliada y la Internet de las cosas, fueron grandes protagonistas. IBM generalmente prefiere el término "cognititivo" a la IA cuando se trata de la tecnología Watson, tan promocionada por la compañía, que estaba en exhibición en un stand cercano de la marca. "Está en todo", dijo Phil Gilbert, gerente general y de diseño de IBM. "Usted ve cómo la coincidencia de patrones en la IA está impactando para ayudar a la gente a resolver las amenazas informáticas más rápido. Cómo Watson está ayudando a entender los patrones humanos individuales en los espacios de vida, lo que nos permite identificar si una persona de cierta edad es saludable". "Hemos avanzado con Watson hasta el punto en que Watson está ayudando a los humanos a ser más creativos e innovadores. Se está viendo a Watson, no sólo como un aumentador de las cosas y de la inteligencia, sino como un socio creativo."

Guión-Labs, un colectivo de mujeres de color que trabajan en la intersección de la creatividad y la tecnología, mostraron "NeuroSpeculative AfroFeminism", una instalación y experiencia de realidad virtual que contó con los productos destinados a responder a las preocupaciones y necesidades de las mujeres de color. La pieza central era una experiencia de realidad virtual que sumerge a los espectadores en un salón de belleza futurista, donde fueron implantados con electrodos que expanden la mente. La pieza parecía hablar del potencial de la tecnología para ayudar a las personas que trascienden las limitaciones de todo tipo.

Empatía Lab, una sesión organizada por Refinery29, una agencia creativa, y el Laboratorio digital de la Universidad de Columbia, fue anunciado como una "sesión de diseño colaborativo de ficción" donde los asistentes podría construir "prototipos” de soluciones para la activación de la empatía como un agente de cambio social en la producción de nuevos tipos de medios, como la realidad virtual, la realidad aumentada, la Internet de las cosas, y la Inteligencia artificial.

Otro tema que inspiró la tecnología en esta reunión de mentes diversas y diferentes fue la biotecnología, desde la edición de ADN para el biomimetismo (una nueva disciplina que trata de buscar soluciones tecnológicas inspiradas en los diseños de la naturaleza) en la fabricación y otras opciones. El ex vicepresidente, Joe Biden, incluso se detuvo para discutir sobre la solución rápida del cáncer y comentó que pasó gran parte de su último año de gobierno trabajando este tema, dando como resultado la aprobación de un proyecto de investigación 6.3 mil millones de dólares. “Me hubiese gustado haber sido el vicepresidente que presidió el exterminio de cáncer, tal como la conocemos.", comentó.

Es esperanzador saber que hay un grupo de seres humanos que defienden la tecnología avanzada para el bien de la humanidad y no el simplismo de eso que se quiere llamar tecnología y que más bien es "tecnología para bobos", en el móvil de todos los días. Los humanos estamos reaccionando para que en el futuro cercano, los robots y la automatización no nos hagan tanto daño en este incierto comienzo de la Revolución 4.0, donde en la industria y en la forma de hacer las cosas se vienen grandes cambios que nos afectarán en nuestro trabajo, en las profesiones y en la cotidianidad y emocionalidad de la familia y en la relación con los otros, convirtiendo en realidad la predicción del "Shock del Futuro" de Alvin Toffler, publicado en 1970.

viernes, 10 de febrero de 2017

Donald Trump, el peor presidente de los EEUU

Si el mundo no está bien, desde ahora no estará mejor. Cuando Donald Trump comience a gobernar la relación de EEUU con América latina y el resto del mundo estará distinguida por una multiplicidad de conflictos, incluso dentro de su propio país.  Seguramente, Trump será el peor presidente de los EEUU. Tengo la certeza de que sus decisiones, incluyendo las de los miembros del gabinete, nos aproximarán a momentos de caos y conflictos graves por ese impulso del nuevo presidente de llevar nuevamente a EEUU a una posición de dominio mundial, con el apoyo sutil de intereses muy poderosos del capitalismo más agresivo. Intentará concretar muchas de sus promesas de campaña, salvo que se le oponga una barrera institucional, con una oposición demócrata-republicana sólida y acompañada de las principales instituciones, con la movilización de la gente. También, por supuesto, con una estrecha alianza de todos los países reforzando acuerdos y decisiones defensivas como las que deberá asumir la ONU, a la cual también tiene en la mira.

Desde mi punto de vista, Trump generará un “efecto mariposa”. Concepto de la teoría del caos que fue enunciado por el meteorólogo y matemático Edward Lorenz (el término lo tomó de un proverbio chino). Esto implica que si en un sistema se produce una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación podrá generar un efecto significativamente grande a corto o mediano plazo. Si analizamos información global, ya sea de medios de comunicación o de centros de estudios estratégicos, y construimos tendencias de opiniones, se van dibujando claramente algunas predicciones que dan sentido y significado a esta interpretación, con conclusiones que tienen mucha probabilidad de ocurrencia. Muchos de los hechos ya están  en la superficie. ¿Por qué formó un gabinete de gobierno con personas tan motivadas a llevar a cabo lo que él quiere? Incluso podemos observar como Trump ya gobierna con Twitter desde que ganó las elecciones, exhibiendo un comportamiento fuera del protocolo, que confirma su manera de ser y su autoritarismo innato. Demuestra un poder increíble porque cada vez que tuitea produce ese “efecto mariposa” con graves consecuencias replicadoras en más de 20 millones de seguidores. Cada mensaje encubre algo de lo que será su política de Estado en temas con mayor o menor probabilidad de ocurrencia, dentro del contexto de la Geopolítica y el orden mundial, como son: el muro con México y los inmigrantes, el impulsar una mayor producción manufacturera dentro de EEUU, el Obamacare, incredulidad sobre el cambio climático; la intención de bajar los costos de la industria farmacéutica y de otras más que son proveedoras del gobierno; la confrontación con el periodismo, la guerra comercial con China (o de otro tipo), la presunta amistad con Rusia; la ruptura y nuevas negociaciones de pactos comerciales y tratados que afectarán el libre comercio; el involucrarse en los asuntos internos de otros países, la OTAN, el caso Cuba, el acuerdo con Irán… A medida que transcurra el tiempo de su mandato nos sorprenderemos al ver que las ideas de Trump se van materializando de una u otra manera, diluyendo esa incredulidad que todavía muchos sostienen: que todo fue una estrategia electoral y que el gobernante será moderado. Las consecuencias inmediatas se apreciarán en un incremento de marchas y disturbios dentro de los EEUU, con un pueblo dividido, donde habrá más represión y conflictos sociales y donde se hará evidente una xenofobia magnificada; incluso se presentarán amenazas de terrorismo, reales o creadas, impulsando un mayor control que hará más difícil la vida de las personas. También veremos las perturbaciones que el “efecto mariposa” de Trump provocará en el resto del mundo, especialmente en aquellos países más vinculados como México y los de Centro América.  

En Argentina, ¿qué estarán planeando nuestros gobernantes? ¿Habrá una estrategia con un plan para esta era Trump? ¿Estamos pensando “por si las moscas”? Seguramente improvisaremos como siempre. Cuando escucho al Presidente y a otros voceros del Gobierno anunciando cifras positivas en la economía y que en el 2017 nos irá mejor que en el pasado, con mucho trabajo y muchísima inversión productiva, espero que así sea pero nuevamente se despiertan mis dudas y me vuelvo preguntón: ¿La situación geopolítica que se viene con Trump no nos afectará? ¿Argentina crecerá aun no exportando más porque el mundo se cierra? ¿Vendrán esas inversiones habiendo tanta incertidumbre, incluyendo la que nosotros mismo generamos, teniendo en cuenta que habrá otras regiones más atractivas, sumando los EEUU con el programa de Trump?

El gobierno busca llevarnos a una "ilusión de seguridad" que creo será desmentida por los hechos. Parecería como que los argentinos viviéramos en un lugar de fantasía, como en el Show de Truman. Pienso que las cosas no serán fáciles para la Argentina en 2017, no solo por las decisiones de Trump, sino también porque el mundo está cambiando y estamos entrando en la Revolución 4.0. Nuevamente la ignorancia y la falta de visión estratégica de nuestros gobernantes, dirigentes, políticos y empresarios, que no ven - o no quieren ver - que el mundo que enfrentamos tiene un movimiento frenético que rechaza el actuar de los lentos, y que nos frenará en un momento donde la economía no crece y donde muchos sectores productivos están en crisis. Además, Argentina produce, mayoritariamente, una oferta con poco valor agregado, con una industria, en general, poco diversificada y atrasada en gestión y tecnología. Si no tenemos planificado un proyecto de país para saber a dónde queremos ir y qué queremos ser, con un gobierno que lidere de verdad, estaremos a la deriva y a la merced del “efecto mariposa” de Trump. Pero si nos adelantamos y desarrollamos un plan para responder a las circunstancias, en un escenario complicado, aprovechando nuestras fortalezas y las oportunidades que se presenten, como lo están haciendo otros países, nos irá mejor: Deseo lo mejor, pero me preparo para lo peor.



domingo, 25 de diciembre de 2016

El año en que solo progresó el conocimiento


En mitad de la mediocridad política y la inquietud social, 2016 ha producido grandes avances en la física, la biología y la inteligencia artificial. Sí, este ha sido el año aciago del Brexit y Donald Trump, el año en que Europa ha consolidado su desprestigio y la población siria ha sido masacrada por su propio Gobierno con la ayuda de otros, en que la xenofobia, el nacionalismo y la miopía se han impuesto sobre la razón práctica, en que el autoritarismo se ha extendido por Hungría y Polonia como una plaga medieval, el año en que el paro y la pobreza se han instalado entre nosotros con la espontaneidad de una catástrofe natural. Y en que las únicas buenas noticias han provenido de la ciencia. En mitad del caos y la desesperanza, el conocimiento ha progresado con más firmeza que nunca. Aferrémonos a eso como a una ascua ardiendo.

Llevamos décadas oyendo que, si el XX fue el siglo de la física, el XXI lo sería de la biología. Pero lo cierto es que la física goza en nuestros días de mejor salud que nunca. El mayor descubrimiento de 2016, según un consenso difícil de cuestionar, ha sido el de las ondas gravitatorias, una predicción de la relatividad general de Einstein que el propio Einstein consideró imposible de confirmar. Ha hecho falta un siglo, la colisión de dos agujeros negros gigantescos y un sistema de detección (el LIGO) que se cuenta entre las obras más brillantes y refinadas del intelecto humano, pero el fenómeno se ha confirmado por encima de toda duda razonable. La gravedad no es una fuerza instantánea, como pensó Newton, sino que se propaga en forma de ondulaciones del espacio-tiempo que viajan a la velocidad de la luz, como predijo Einstein. Es un paso de gigante en el conocimiento que, como es habitual, abrirá un nuevo continente de exploración y progreso.

Pero también es cierto que la biología está en un momento espléndido, y sobre todo en dos campos que prometen aplicaciones clínicas a medio plazo: la edición genómica y la reprogramación de células. En el primer caso, la estrella se llama CRISPR, y consiste en un sistema tan simple, eficaz y versátil que ha puesto la modificación del genoma humano (y de cualquier otro) al alcance de cualquier laboratorio de genética del planeta; su primera aplicación, sometida ya a una investigación muy activa, será sin duda la corrección de las mutaciones que causan las enfermedades raras: una forma por fin eficaz de terapia génica. En segundo lugar, la reprogramación de células –retrasar el reloj de una vulgar célula de la piel para convertirla en una célula madre— está logrando progresos espectaculares en la reparación de lesiones y el retraso del envejecimiento.

Pero este año no se puede hablar solo de física y biología, porque la inteligencia artificial ha irrumpido con poderío en la actualidad científica y tecnológica. Drones, robots y automóviles, por no hablar de teléfonos, relojes y casi cualquier otra cosa, exhiben ya notables habilidades cognitivas: hacen cosas que serían consideradas inteligentes si las hubiera hecho un humano (así definió la inteligencia artificial uno de sus creadores, el gran Marvin Minsky, que murió en enero de este año). Y los ordenadores se han hecho en 2016 con el título mundial de Go, una proeza mucho más espectacular que aquella de ganar a Kaspárov al ajedrez. Las discusiones filosóficas sobre la inteligencia de las máquinas parecen haberse enranciado de forma definitiva.

El conocimiento ha seguido progresando entre la mediocridad política y el malestar social. Naturalmente, esto no tiene por qué seguir siendo así. Ya el Brexit puede constituir un lastre notable para la ciencia británica, y los planes xenófobos de Trump pueden convertirse en un escollo formidable para la norteamericana, pues buena parte de los grandes científicos de ese país son inmigrantes. Pero, de momento, 2016 ha ido bien para la ciencia. Es un consuelo.

Fuente: El País

sábado, 12 de noviembre de 2016

¿Por qué ganó Donald Trump?

Porque Estados Unidos cambió. Emergió una nueva realidad compleja y difícil de interpretar, en el momento justo en que la anterior está agonizando. Donald Trump ganó porque el Sueño Americano se acabó. Solo se mantenía como un mito, como parte de la antigua creencia que daba sustento a esa realidad moribunda donde los estadounidenses, descreídos de la política y de los políticos, ya no volverán a ser los mismos. Y el mundo tampoco.

La realidad se procreó con una sucesión de cambios en los jóvenes, la clase media y las minorías. Como un torbellino entraron en acción las nuevas generaciones que venían detrás de los baby boomers, ese grupo demográfico nacido después de los años 40 y que mantuvo viva esa entidad imaginaria llamada América. Las generaciones nacidas después de la guerra de Vietnam son escépticas y pesimistas, inconformes y desinteresadas por la estabilidad y la pertenencia. Con valores pocos religiosos y son menos belicistas; más tribales, con intereses, lenguajes y conductas novedosas y apartadas de todo lo conocido. Características que se vuelven nítidas en los votantes menores de 40 años y que le otorgan singularidad. Por otro lado, los inmigrantes ahora tienen una mirada diferente porque, además de ser discriminados, tienen que trabajar más para poder sobresalir a una superficie sumamente hostil. Los hijos de inmigrantes nacidos en Estados Unidos ya no vienen de la miseria extrema de sus orígenes, como los llegados de México, Centro América o Asia, y tampoco arrastran el conformismo y la ignorancia de sus padres, siendo más críticos y menos sumisos.  Por su parte los afroamericanos, que representan aproximadamente el 14% de la población, contra el 70% de blancos, también piensan ahora de otra manera y pretenden conseguir más de sus gobernantes. Obama no hizo lo suficiente para mitigar la pobreza de un número creciente de la población negra porque los blancos no se lo facilitaron.

Hay resentimiento en una buena parte de la población y eso se tradujo en abstenerse a votar y en un numeroso “voto castigo” para el sistema establecido que favoreció a Trump.  En Estados Unidos la mayoría vive en un espacio común donde la desigualdad social y la injusticia son provocadoras. Convergen la decepción, la frustración, el pesimismo y la confusión frente al futuro, y esa mayoría es muy sensible a las promesas hechas, aunque sean mentiras, y dominó un estado emocional y mental que generó cambios bruscos en las opiniones.
Sin perder de vista ese contexto, en mi opinión hubo cinco razones principales que se alinearon para el triunfo de Donald Trump:

  1. Trump es presidente porque no tuvo un contrincante que lo superara claramente para ser una opción creíble para los votantes. Frente a un candidato como Obama, no gana. Y Clinton no dijo lo que debería haber dicho. Estaba demasiado debilitada por su historia y por ser mujer en un país de “machos”.  No desarrolló una estrategia inteligente y no supo dar pelea en el centro de las necesidades y expectativas de la gente, enfocándose en una promesa convincente y movilizadora para los jóvenes y mujeres. Además, los candidatos de los siete partidos minoritarios restantes recogieron votos disconformes entre los demócratas y republicanos.
  2. Trump ganó por ser como es: agresivo y sin contenido creíble. Entre sus disparates, sin embargo, dijo cosas y creó esperanzas para ese habitante promedio de raza blanca del Estados Unidos profundo, urbano y rural; pobre e ignorante, temeroso de su degradación en una vida sin sentido. Ese estadounidense que vive al límite y que sus pasatiempos cotidianos transcurren en el trabajo, mirando deportes por TV y bebiendo cerveza. Es en este votante -y en los jóvenes- donde se mimetizó el “voto oculto”, ese que confunde a los encuestadores y hace temblar los pronósticos en cualquier elección porque manifiesta una intención de voto mentirosa.
  3. Estados Unidos es desigual e injusto; había que castigarlo eligiendo a alguien que podría romper con lo establecido aunque las consecuencias fuesen terribles. Es un país solo adecuado para los más aptos, fuertes y perseverantes, donde se ejecuta un darwinismo incompleto: aquí la naturaleza no hace el proceso de “selección natural”, con una evolución más soportable en el tiempo hasta que los individuos se adaptan. El proceso es más inmediato y sorpresivo: un día vivís en una casa, cómodamente, y de pronto  despertás indigente en la calle y con poca o nada de ayuda del Estado.
  4. La globalización, la inmediatez de Internet y las políticas de “fronteras abiertas” promovidas por las empresas transnacionales, empobreció violentamente el cinturón industrial en estados como Indiana, Iowa, Michigan, Ohio y Pensilvania, diluyendo las esperanzas de progreso de ciudades y pueblos pequeños que dependían de las acerías, las minas, la producción de vehículos y maquinarias, por nombrar algunos sectores afectados. Sin regulaciones para hacer la transición hacia nuevas funciones productivas de la naciente revolución industrial - por el bienestar de la gente - se vio el “patriotismo” de empresas como Apple, General Motors, Microsoft, mudarse a Asia o México,  despidiendo a numerosas personas para darle trabajo a un chino o a un mexicano más barato. Esto también hizo que Trump ganara.  
  5. Finalmente, Donald Trump es presidente de los Estados Unidos gracias también al impulso de los medios de comunicación y el periodismo.  Lo apoyaron directa e indirectamente al difundir sus tonteras y sus pocas ideas sin advertir y criticar. El efecto más complejo de la comunicación, los significados que la gente interpreta, estuvo presente en el momento final de la votación y empujo a Trump para conseguir los electores y ser presidente.  

Así está el mundo. Como siempre, lleno de incertidumbre. Con un presidente en la gran potencia elegido por la irracionalidad. A medida que pase el tiempo y la nueva realidad del país - y del mundo - se vaya definiendo, podremos, a lo mejor, entender por qué sucedió lo que sucedió. Mientras… aumenta nuestra ansiedad y curiosidad por el futuro.

domingo, 30 de octubre de 2016

Donald, El Terrible

Pocas veces se vio a la gente de Estados Unidos tan convulsionada, confundida y enojada como ahora frente a la eventualidad de que Donald Trump sea presidente. Lo que más enfurece a los estadounidenses es haberlo dejado llegar al lugar donde está. Un error que ahora se ve con más claridad pero que se vislumbraba durante el proceso de las primarias. Porque Trump siempre fue sorteando las diferentes etapas siendo como es, sin cambios: una presencia sólida, con sus frases disparadas para provocar, regurgitadas en momentos inesperados o inoportunos. Con declaraciones sorprendentes e increíbles como cuando anunció construir el muro faraónico entre México y Estados Unidos, agregando qué México lo pagará; incluyendo los innombrables insultos, palabras hirientes y amenazas contra inmigrantes, mujeres y políticos. Sumando en esta verborragia su visión del mundo y de la política de Estados Unidos, de Rusia y de Putin. Todo legítimo, producto de su mente, de su pensamiento, que adelantaba desde el comienzo un retrato fidedigno de cómo sería él si fuese presidente. En esto, Donald nunca mintió. Fue transparente.
El electorado lo escuchó y lo reflejó en la intención de voto de las encuestas,  transformándolo, con el tiempo, en un fuerte  competidor, empujándolo hacia el lugar donde está ahora. Con una fuerte intervención de los medios que con el propósito de perjudicarlo al final lo que consiguieron fue un “efecto bumeran”, regresando un Donald más fortalecido, presente en todas partes.  Mientras, el electorado sigue confundido, indeciso, y algunos con miedo con más razón frente a la elección inminente. Con una  Hillary Clinton que no atina a mostrar sus garras para ser presidente y que lo único sobresaliente que hizo últimamente fue dejarse amenazar – su propia pasividad la provocó -  y gracias a ese impulso incontrolable de Trump, en el debate reciente, las últimas encuestas la dispararon a un primer puesto, con una diferencia por ahora significativa. Y este es otro hecho sobre la realidad de los votantes que demuestra que una palabra o una amenaza cambia la tendencia del electorado rápidamente, al instante, con miles de tuits revoloteando, influenciando la formación de opiniones que, lamentablemente, no lo consigue una propuesta o un debate con sentido político, como debería ser en un país como Estados Unidos, sino la suma de todos los miedos y la volatilidad de los votantes.
Muchos ahora están en contra de Trump. Quieren pegarle, lo amenazan, surgen denuncias de acoso sexual, hay alerta internacional, y las Naciones Unidas lo descalifica. La economía global se altera y se pronostica una crisis terrible si Trump triunfa. Un país como México está aterrado, con su economía en caída libre porque esperan lo peor. Si bien las encuestas comienzan a mostrar a un Donald Trump perdedor, no logran tranquilizar un estado de ánimo que puede llevar a la gente a no ir a votar en noviembre, incrementando la abstención y complicando el final. Porque las encuestas de intención de voto, en general, y en innumerables ocasiones, se equivocaron en los pronósticos. En la elección Bush-Kerry hasta último momento la intención de voto era favorable a Kerry, en un contexto de guerras, después de las Torres Gemelas y la invasión a Irak y con Bin Laden vivo. Sin embargo, Bush triunfó consiguiendo los 270 electores para ganar en una estrecha votación, en un sistema electoral complicado de entender: aunque los votantes definan un ganador, la suma del número de electores conseguidos en cada estado puede asignar la presidencia al contrincante. No es una elección directa. Por eso las encuestas no aseguran un resultado y la historia puede repetirse. Por eso el miedo y la furia de la gente, especialmente de las mujeres y de los inmigrantes que son, en definitiva -si salen a votar masivamente- los que pueden cambiar esta historia y que Hillary Clinton sea presidente.
¿Cuáles fueron los intereses ocultos y el poder que permitió avanzar a este personaje? No pensemos en un complot o en teorías conspirativas venidas de la ira profunda de los republicanos al ver a un negro en la Casa Blanca. Creo que es más simple. Para el partido republicano, que ahora se flagela pidiendo perdón por un error que le puede costar muy caro (y a nosotros también), Trump servía y les era funcional a sus intereses, mejor que otros candidatos, para que un presidente blanco conduzca nuevamente al país aunque lo lleve al desastre. ¿Por qué los medios y la gente, incluyendo a los que se arrogan poder y fama, no reaccionaron mucho antes? Incomprensible, viniendo de un país inundado de asesores, centros de estudios y sofisticados servicios de inteligencia que podrían haber anunciado, con anticipación, lo que iba a suceder con Trump. Después de todo, Donald siempre fue el mismo Trump, desde que comenzó a competir en las primarias. Nunca cambio y fue previsible.

Es Donald, el Terrible.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Las 10 revoluciones que nos cambiarán

1) Inteligencia artificial (IA)

La inteligencia artificial está presente en todas las revoluciones que vienen: la de los drones, la conducción autónoma, los descubrimientos científicos, los servicios personalizados digitales, la robótica, el big data...
Lo que existe. Estamos programando a las máquinas para que aprendan. Los cursos presenciales u on-line de Machine Learning son de los más demandados tanto por las empresas como por ingenieros talentosos de todos los continentes. La medicina y las finanzas no se quedan atrás. El diagnóstico médico, la robótica bancaria, la compraventa de acciones… En realidad es un componente básico para los avances en estos sectores y también en la aviación y el transporte en general, el mantenimiento de las telecomunicaciones, la industria pesada, los servicios personalizados de atención a los clientes y hasta en las artes y la creación: la música, los juegos y los juguetes modernos contienen crecientes dosis de IA.
Lo que viene. El desarrollo de la IA ayudará al ser humano a multiplicar sus capacidades (imaginen un chip bajo la piel, una red neuronal que guarde datos y vivencias) y podrá crear máquinas que sobrepasen al ser humano en talento hasta llegar a retos inimaginables, desde avanzar en el conocimiento científico a ritmos exponenciales a, por qué no, ¿conquistar la galaxia?

2) Medicina personalizada y cirugía robótica

La aplicación de la inteligencia artificial en la medicina, la nanomedicina, la información analizable que proporciona el genoma humano… Todo ello redundará en una medicina altamente personalizada, con más potencial de diagnóstico anticipativo.
Lo que existe. Tenemos ya los fundamentos para una revolución sin precedentes que tendrá efectos en nuestra longevidad y nuestro bienestar y calidad de vida. La medicina y la biología apoyadas por la computación, la nanotecnología y la biotecnología unen a sus posibilidades a las que proporcionan los datos que aporta la secuenciación del genoma y la identificación de las enfermedades hereditarias. La robótica interviene hasta en la propia cirugía. Y son muchas las pruebas y ensayos clínicos que se desarrollan ya en el ámbito de la nanomedicina, que aporta soluciones tecnológicas del tamaño de un virus.
Lo que viene. Las expectativas se centran en la administración de medicamentos aplicados con precisión a los tejidos u órganos donde está localizado el problema (nanopartículas para llevar fármacos donde se necesiten). Esto tiene una importancia enorme por ejemplo en la lucha contra el cáncer, al combatir selectivamente las células malignas. Incluso la cirugía estará en pocos años mucho más robotizada, será menos invasiva y tendrá un potencial de precisión mucho más elevado. También los avances en las técnicas (como el método CRISP, un sistema genético de defensa contra virus) que permiten modificar de forma fácil y barata el ADN y supondrían un gran avance para la terapia génica y el tratamiento de enfermedades como el cáncer o la fibrosis quística.
La medicina personalizada tendrá un fuerte apoyo en la biométrica. Ropa, pulseras o wearables (llevables) en general que ya pueden medir y monitorizar los indicadores de la salud de un individuo y generan bases de datos que podrían prevenir o anticipar problemas. Las propuestas de llevables aparecen continuamente. Desde las lentillas en las que trabajaba Google para medir la glucosa y que “coloreaban” la visión si detectan algún problema, a los nuevos medidores de glucosa intradérmicos por NFC (Near Field Communication) que permiten medir los niveles de glucosa con solo acercar el móvil al brazo. La oferta de propuestas se haría interminable si hablamos de las prótesis robotizadas, que ya son una realidad. O la réplica de órganos a través de impresoras 3-D.

3) Nuevos materiales

La creación de nuevos materiales artificiales, especialmente los vinculados a los avances en el mundo invisible de la nanotecnología, pueden revolucionar nuestro mundo. No dejan de aparecer creaciones como el aerografeno (el material más ligero del mundo), la upsalita (muy absorbente) y la espuma de titanio (material altamente resistente y ligero)…
Lo que existe. Pese a las limitaciones de la nanotecnología actual, propuestas como los nanotubos o el grafeno u otras similares ya propician innovaciones revolucionarias. Materiales a base de polímeros que permitirían a medio plazo la autorreparación de carreteras o edificios; pinturas que absorben contaminantes, vehículos con materiales resistentes a los golpes, ropas que repelen la suciedad o las bacterias, nuevos materiales eficientes para los productos digitales como las pantallas flexibles. Junto a los materiales, la computación y el Internet de la cosas propician, además, edificios o tejidos inteligentes con prestaciones de gran valor para los usuarios. Para completar el círculo, la impresión 3-D ya hace posible la fabricación en horas de una vivienda en China o que los pedidos se impriman en casa en vez de llegar en dron.
Lo que viene. El reto para los próximos años está en hacer viables industrialmente los avances actuales en aplicaciones y productos concretos. No en todos los casos la aplicabilidad industrial está garantizada. Algunos expertos aseguran que en una década los avances en la nanociencia harán posible la denominada nanotecnología molecular, la capacidad de transformar la materia, el sueño de la alquimia de convertir los residuos contaminantes en oro. Si esto finalmente se alcanzara los economistas nos veríamos en la necesidad de jubilar nuestro paradigma de los recursos escasos y pasar al de la economía de la abundancia.

4) Ciudades Inteligentes y el Internet de las cosas

La vida urbana va a cambiar de forma radical a lo largo de la próxima década empujada por el auge de las llamadas smart cities (ciudades inteligentes) cuya transformación se basa en el Internet de las cosas y la sensorización.
Lo que existe. Europa está canalizando gran parte de las inversiones de fondos comunitarios hacia la implantación de tecnologías capaces de mejorar sustancialmente las ciudades en materia de medio ambiente, tráfico, ahorro energético, transportes públicos, redes Wi-Fi… Ciertos países de Asia, como India o China, están diseñando ya las ciudades inteligentes del futuro, donde la vida y la actividad económica estén ligadas al Internet de las cosas, la explotación del big data y la inteligencia artificial. Los sensores, o pequeños ordenadores como los arduinos, facilitan que “las cosas” emitan información relevante que genera, de forma directa o indirecta, acciones inteligentes que influyen en nuestro bienestar.
Lo que viene. Estamos ante un mercado de 3.000 millones para los gigantes tecnológicos, lo que facilita el interés por su desarrollo. Las smart cities ponen de relieve el potencial de la sensorización: el mundo de los sensores puede revolucionarlo todo y son aplicables a ciudades, infraestructuras, edificios, hogares, procesos… La tecnología que puede hacer una ciudad más eficiente y habitable abarca desde el uso de nuevos materiales o formas de energías a la digitalización, las toneladas de información detallada recabadas por dispositivos como los beacons, o la propia realidad virtual que transformará nuestra forma de comprar, aprender o entretenernos.

5) Energías limpias

Nuestra dependencia de los combustibles fósiles se está reduciendo progresivamente. Los avances tecnológicos propiciarán el aprovechamiento racional de una energía más limpia y barata. Una necesidad urgente a la que obliga el avance del cambio climático y el deterioro medioambiental de las grandes ciudades, cada vez menos habitables.
Lo que existe. Se ha progresado significativamente en energías solar, eólica, geotérmica, hídrica, solar y biomasa. En energía solar los precios de los paneles para instalar en casas o en factorías han caído un 80% desde 2008. La energía eólica ha crecido un 25% en los últimos 15 años y en algunas zonas ya es más barata que la procedente de combustibles fósiles. La biomasa proporciona el 21% de la energía que necesita la industria en Brasil. El 25% de la electricidad de Islandia se produce de fuentes geotérmicas.
Lo que viene. Hay muchos avances que vendrán de la mano de nuevos materiales y de la mejora de la capacidad de almacenamiento de la energía (baterías o pilas de combustible). Los paneles solares aún deben incrementar mucho su rendimiento. La nanotecnología, uno de los campos disruptivos con mayor potencial e impacto en nuestras vidas, podría acelerar mucho las posibilidades de algunas fuentes limpias de energía hoy estancadas, como la del hidrógeno, que puede convertirse en el combustible del futuro si se abarata su producción. Y tampoco hay que descartar la extensión de la energía de fusión, ahora sujeta a restricciones.

6) El dinero y las finanzas digitales

Tras la irrupción del fenómeno Bitcoin y las criptomonedas ya nada volverá a ser igual en el sistema financiero.
Lo que existe. La tecnología blockchain, que permite el uso del dinero digital, es una de las propuestas más brillantes de nuestro siglo. Su concepto de seguridad y su aplicabilidad en los servicios que requieren autentificación, por ejemplo, provoca que hasta los propios bancos o las instituciones de todo el mundo la estén adoptando para fines muy diversos, entre ellos, el promover el uso del dinero digital entre instituciones financieras.
Lo que viene. En realidad la banca, al igual que otros sectores tradicionales, se enfrenta a la eclosión de la fintech, un desarrollo de startups e innovación sin precedentes de ámbito mundial que está reinventando el mundo del dinero y los servicios financieros a través de la tecnología digital: Desde los pagos móviles hasta el asesoramiento de asistentes virtuales a través de la IA. Nuestro observatorio sobre fintech (fin-tech.es) ha recogido en los últimos cinco años la escalada de un proceso de innovación que es difícilmente asimilable por los sistemas financieros tradicionales. Es complicado predecir si los gobiernos aceptarán un dinero digital y global, de compleja regulación, pero caben pocas dudas que que la transformación de las finanzas y la banca será radical.

7) Educación abierta ‘on-line’

Llevamos casi 20 años intentando comprender qué alcance y significado tiene la revolución digital en la educación. Las generaciones de nativos digitales están mostrando la necesidad de cambiar los sistemas educativos actuales.
Lo que existe. La educación abierta ha propiciado revoluciones como la liderada por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) a principios del milenio con la publicación de material docente en la Red de libre acceso (OpenCourseWare). Por este camino han seguido los MOOCs (siglas de Massive Online Open Courses o cursos online masivos y abiertos), los nanodegrees (pequeños grados impulsados por grandes empresas), el aula presencial invertida (lecciones teóricas online y prácticas presenciales en clase) y otras relevantes. Las lecciones en vídeo y ejercicios gratis en Internet de la Khan Academy tienen 26 millones de seguidores.
Los contenidos formativos abiertos de calidad son casi infinitos. La propuestas de cursos actualizados y prestigiosos de plataformas como Coursera o Edx provienen de las mejores universidades del todo el mundo (MIT, Harvard, Stanford…). Otras pioneras, como Udacity, garantizan el empleo a los egresados en los Estados Unidos. El ámbito hispano lidera de forma relevante esta revolución: Miriada X tiene dos millones de alumnos y UniMOOC, 240.000 emprendedores de más de 100 países.
Lo que viene. Una educación crecientemente personalizada, capaz de desarrollar tanto el talento individual como la creatividad y el trabajo multidisciplinario en equipos. Una reinvención del concepto “presencial de la universidad tradicional” que sea capaz de explotar las herramientas y recursos abiertos y online. Innovación en nuevas formas de un aprendizaje continuo, capaces de explotar la cultura digital de las nuevas generaciones, tomando la gamificación (las estrategias propias de los juegos en otros entornos menos lúdicos), y el potencial individual como base. Y si 800 años de universidad nos lo permiten, la inteligencia artificial también tendrá un papel relevante en la personalización de la educación.

8) El coche autónomo


Es una muestra del potencial de la inteligencia artificial (IA). Aunque aún deben superar muchas barreras, el coche autónomo ya representa una revolución en toda regla para el sector del automóvil, convertido en una industria 4.0 capaz de incorporar cientos de innovaciones relevantes en el vehículo tradicional.
Lo que existe. El vehículo del futuro ya existe en forma de coche inteligente con cierta capacidad para la conducción autónoma, aunque aún necesita un conductor al volante. Se han incorporado por ejemplo recursos tecnológicos avanzados para aumentar la seguridad: detección temprana de peligros, frenadas automáticas de emergencia, alertas de salida de carril, control de la conducción “cansada”, avisos del estado del tráfico… Uber pondrá a finales de año en marcha su primera flota de taxis sin conductor en Pittsburgh (EEUU), aunque en una primera fase todavía habrá alguien en el volante, por si tuviera que intervenir. Singapur está promoviendo otra experiencia similar. Lo importante es que la tecnología hará que nuestros desplazamientos sean mucho más seguros y facilitará la movilidad de personas mayores, discapacitadas o con restricciones para conducir. Y cambiará nuestro estilo de vida.
Lo que viene. La fusión entre la tecnología de los drones y los coches autónomos permitirán el desarrollo de una nueva generación de vehículos que en no muchos años dejarán de pertenecer únicamente al género de la ciencia ficción. Existen los fundamentos básicos para lograr un coche volador. La empresa norteamericana Terrafugia ya fabrica prototipos. La NASA ha llegado a concretar que un plazo de diez años podría haber incluso coches voladores autónomos.

9) Drones

Vamos a vivir en un mundo de drones sobre nuestras cabezas, aunque algunos gobiernos se resistan actualmente a admitirlo y hayan sobrerregulado su uso sin tomar conciencia de las múltiples posibilidades que ya tienen o las que pueden tener.
Lo que existe. Los drones ya se utilizan para cientos de usos relevantes: La toma de muestras en zonas contaminadas, como Chernóbil o Fukushima; el control de volcanes; en operaciones anti terroristas o contra el narcotráfico; para el control de fronteras, la vigilancia de la caza furtiva en parques nacionales, el rescate de personas o el seguimiento de obras; para cartografía, espionaje militar… En Alemania se utilizan para llevar medicinas a las islas del norte, en Suiza para repartir el correo...
Lo que viene. Hay otros desarrollos en camino con un potencial tremendo que van desde los ensayos de distribución a domicilio de productos (Google,Amazon…) o el acceso global a Internet (Facebook quiere generar una señal de Internet a nivel mundial a base de drones y satélites), sin olvidar la propia innovación en su tecnología y forma: ya los hay que pueden posarse, ver y caminar como un pájaro.

10) Datos masivos y abiertos


En el mundo de lo digital casi todo es big data, un fenómeno que tiene por objetivo explotar cantidades enormes de datos con finalidades infinitas.
Lo que existe. Hoy se utiliza el big data social para identificar tendencias de mercado en ámbitos tan distintos como la moda o la demanda de valores bursátiles. El análisis de ingente cantidad de información con fines concretos hace posible personalizar servicios para cada cliente, identificar patrones de salud y conocer mejor enfermedades como el cáncer o regular el tráfico gracias a los datos enviados por sensores. El big data está recibiendo el decisivo apoyo del llamado machine learning (hay máquinas programadas y máquinas que aprenden solas), lo que potenciará su uso y sus posibilidades.
Lo que viene (o debería venir). Aquí la ciencia se une a la política. La apertura de las bases de datos gubernamentales posibilitaría más avances y servicios de valor para la población. Según un estudio del Observatorio ADEI, la economía de la Unión Europea podría crecer un 1,9% adicional con la implementación avanzada de políticas de gobierno abierto que potenciaría el big data y el open data. Los datos abiertos no solo tienen relevancia económica, son la base para la irrenunciable transparencia del sector público en cualquier país.

* Andrés Pedreño es catedrático de Economía Aplicada y conocedor de Internet y la sociedad de la información.

sábado, 8 de octubre de 2016

SEÑOR PRESIDENTE DONALD TRUMP

En los resultados de las encuestas publicadas en Estados Unidos en los últimos ocho meses, se observa un “cabeza a cabeza” en la intención de voto entre Hillary Clinton y Donald Trump. Es muy probable, que si se mantienen las condiciones actuales en el comportamiento del votante, Trump podría llegar a ser presidente, por un estrecho margen, en las próximas elecciones de noviembre. Tal como ocurrió en la contienda electoral que ganó George W. Bush, venciendo al demócrata John Kerry con un resultado ajustado y con recuento de votos.  Cuando en las encuestas las diferencias son entre 2 y 4 puntos porcentuales entre los dos principales contrincantes, el que aparentemente gana se diluye al considerar el margen de error estadístico de 2 a 3 por ciento que los encuestadores publican con la metodología, como en los estudios de CNN, ABC, CBS, New York Time, Los Ángeles Times, y de otras instituciones prestigiosas a las que pude acceder. Si los datos de encuestas no dan claramente un ganador, con una diferencia significativa, es muy difícil pronosticar con cierta confianza y se pueden producir equivocaciones groseras. Con más razón en la situación actual donde predominan los votantes insatisfechos, con un nivel sobresaliente de rechazo a los candidatos y una indecisión marcada, principalmente entre jóvenes y personas de menores recursos. Sin embargo, en los votantes hay mucho interés por estas elecciones. En los momentos en que ocurren las encuestas se confirma un alto porcentaje de votantes motivados. Más del 80%, según una encuesta de CBS, está dispuesto a concurrir a las urnas... y no es obligatorio.

Si Clinton no hace un giro rápido y drástico de estrategia para provocar una diferencia a favor, con un cambio de opinión, Donald Trump puede llegar a la presidencia.  ¿Y por qué ganaría Trump? Independientemente de los fanáticos que lo siguen, los que ayudan a Trump para vencer a Clinton son los mismos medios de comunicación que lo critican y que lo rechazan, y, por supuesto, el propio Donald, gran actor y dominador de escenarios, acostumbrado a los reality shows. Un Trump impostado, con un discurso cambiante e incomprensible, con palabras a veces sin sentido (estilo pato Donald), poco confiable y creíble. Pero que provoca la discusión y el rechazo y la multiplicación de reportajes en los medios, que le hacen el favor de mantenerlo siempre presente con alta exposición y una imagen ubicua, rebotando los efectos de su propaganda en todo el mundo. También Hillary lo empuja a ganar, con sus debilidades y poca declaración de fortalezas, que no consigue demostrar su principal motivación, su historia personal para ser presidente, y sigue sin dar respuestas contundentes y seguras a los temas que los votantes precisan, con propuestas claras, dichas en un lenguaje simple. Y lo más importante: no comunica confianza y credibilidad; y en esto Clinton tropieza, por más que el presidente Obama se esfuerce por cederle parte de esa seguridad y credibilidad que él tiene y que lo afirma como un líder natural, como un comandante en jefe. Además, el hecho de ser mujer no es muy bien visto y juega en contra de Hillary entre los votantes conservadores, religiosos y obreros de Estados Unidos. Todavía numerosas personas jóvenes y sectores progresistas lamentan la pérdida de Bernie Sanders. Precisamente, fue Sanders un ejemplo por su discurso comprometido, con propuestas que convencieron a multitudes.

En un escenario con votantes emocionalmente abrumados por la decisión, se abre una oportunidad para Trump. Este es un dato relevante que posibilita una interpretación más profunda, más allá de quién va ganando o perdiendo en las encuestas. ¿Qué está ocurriendo con Donald Trump? ¿Está aplicando una estrategia o improvisa? ¿O acaso tiene malos asesores y él, obediente, repite el guion al pie de la letra? Pienso que es todo lo contrario: Trump es un tipo inteligente y decide lo que él quiere hacer. Tiene una estrategia y un plan para triunfar y sabe que suma seguidores entre los más conservadores de la derecha norteamericana; de sectores obreros menos favorecidos por la economía y, muy importante, cuenta con los votantes blancos nacionalistas y xenófobos, que son muchos. Como es un jugador impredecible y agresivo, Trump se beneficia de esa tendencia de un mundo político sin mucho intelectualismo, donde las discusiones ideológicas son cosas del pasado. Una realidad simbólica donde las personas solo quieren escuchar ofertas con beneficios concretos para la vida diaria, sin muchas vueltas, sin lenguaje complicado o académico. Con esto en mente, el votante muchas veces termina eligiendo actores, payasos y gente sin experiencia política, pero convincentes. Simplemente para cambiar y así iniciar otra historia, rompiendo el statu quo.  Está sucediendo en EEUU un déja vu de lo que pasó en España o en el Reino Unido con el Brexit.

Por otro lado, una gran parte del electorado joven y de los sectores desfavorecidos y obreros, está empujando una realidad emergente, con otras creencias, percepciones, interpretaciones y mitos, diferentes a los dominantes, y esa nueva realidad - ahora o en un futuro cercano - acabará superando a los hechos y a la racionalidad de ese Estados Unidos desbordante de tecnologías, armamentos, violencia y control de las personas. Una realidad con secuencias de pensamientos cambiantes provocada por impulsos y estados emocionales que responden al instante, donde predomina la experiencia de consumo y el entretenimiento, coincidiendo con la filosofía de vida líquida de Zigmunt Bauman. Los nuevos votantes son incomprendidos y no sirven ya los viejos paradigmas para encontrar explicaciones. Solamente buscan contención en discursos con un relato apasionado y con significados que les hagan imaginar lo que desean en lo más íntimo y cómo vivirlo. Esto lo conseguía Obama en su campaña con la consigna del ¡Sí, se puede! Con un relato envolvente, de inmersión, aparentemente improvisado y empático, y que comenzó aquel día nublado en Berlín del 2008.