viernes, 13 de noviembre de 2015

Innovar en un Nuevo Método para las Encuestas Electorales

La caída de la mística encuestadora y el mago con la bola de cristal hecha añicos.

En la Argentina las encuestas políticas ya no predicen los resultados electorales como en el pasado. Un fenómeno que se repite también en otros lugares. En países donde se realizaron elecciones este año, como Canadá, Israel y el Reino Unido, por ejemplo, los encuestadores quedaron mal parados. Las razones pueden ser diversas y numerosas y no solamente metodológicas. Incluso se pueden agregar las diferentes interpretaciones que hacen los mismos encuestadores cuando fallan y se justifican. 
Hay dos factores notables que se asocian y alteran la predicción de una encuesta: el primero, un entorno con un electorado volátil e indiferente; el segundo, métodos de encuestas que no funciona correctamente en condiciones de baja homogeneidad en las opiniones de la gente y con una oferta política con un número importante de candidatos. A menor número de candidatos, con mayor concentración de las opiniones y polarización del electorado, la encuesta política predice mejor. Este puede ser el caso en la segunda vuelta de las presidenciales argentinas, donde los resultados de las encuestas pueden llegar a ser más acertados en comparación con los resultados oficiales.
Desde el punto de vista del electorado, lo que está sucediendo es bastante complejo. Un análisis simple resalta que la mayoría de los votantes, principalmente las nuevas generaciones, está disminuyendo la lealtad partidaria y se rompe paulatinamente el vínculo ideológico sostenido por un relato repetido, diluyéndose el personalismo que caracterizó a la política Argentina, como el peronismo y el kirchnerismo. También se incrementa el número de votantes indecisos que deciden el voto a último momento. Además, muchos votantes están buscando seguir “algo”, creando movimientos virtuales y comunidades políticas unidas por las redes sociales.  
Por otro lado, en situaciones muy particulares, la oposición a un partido dominante, como es el caso de Argentina, busca que la gente vote por razones estratégicas, es decir para darle la oportunidad a algo nuevo, más vinculado a un bienestar deseable y temporario, relacionado con el consumo, que a un proyecto del país posible. “Lean a Churchill”, decía Lilita Carrió, no hace mucho. Ella se refería a esa idea de Winston de unir diferentes ideas y corrientes ideológicas en un frente común para ganarle a un enemigo poderoso, el nazimos, durante la segunda guerra mundial.
Farid Kahlat, un especialista peruano en este tema de las encuestas políticas, analiza, en un artículo publicado en AméricaEconomía, que lo sucedido recientemente en las elecciones de Canadá, las encuestas fallaron porque se armó un frente con la consigna: “Cualquier cosa antes que los conservadores”, que provocó, a último momento,  un cambio drástico en los votantes que los encuestadores no pudieron prever. 
Desde la parte metodológica, los expertos coinciden que el método estadístico que se debe usar para encuestas predictivas, como las electorales, es el muestreo probabilístico en cualquiera de sus variantes, pero que bajo las actuales circunstancias es difícil de aplicar y muy costoso, por los cambios en el entorno y en las conductas y hábitos de los electores. El método probabilístico se utilizó muy bien en el siglo pasado, con una población más homogénea y estática en las opiniones. Pero se volvió inadaptado. Entonces los encuestadores hicieron combinaciones y adaptaciones con diferentes técnicas de muestreo, como el método por cuotas, que pueden funcionar relativamente bien con los estudios de mercados. Pero esos diferente métodos, muchos híbridos, fallan dramáticamente con las encuestas políticas, predictivas de una elección.
En Argentina, donde el voto es obligatorio, las numerosas elecciones de este año hicieron disminuir o aumentar el número de personas que iban a votar, dependiendo de la importancia de la elección. Y el votante que responde a una encuesta puede, al final, no ir a votar afectando la representatividad de la muestra.  Este habría sido un factor crucial en la Argentina, donde entre las primarias de Agosto y la elección presidencial de Octubre, el número de votantes que acudió a las urnas creció en más de dos millones, la mayoría de los cuales habrían votado por Macri. En Estados Unidos, donde el voto no es obligatorio, para que una persona sea incluida en una muestra se define primero las probabilidades que tiene esa persona de ir a votar, realizando determinadas preguntas de control. 
Hay condiciones estadísticas que se deben cumplir rigurosamente con el método probabilístico para que quizás - y digo quizás, porque no hay garantía - los resultados de una encuesta marquen una tendencia cercana a la realidad electoral, teniendo en cuenta el margen de error. Precisamente del error estadístico, propio del método probabilístico y que se menciona muy poco en comentarios sobre encuestas, es el responsable estadístico de poner en perspectiva los resultados, indicando el margen dentro del cual se mueve cada dato relevante y relativiza los resultados porque los datos vienen de una muestra. Solamente un censo garantiza cierta exactitud.  
La principal falla de las encuestas políticas es que no tienen en cuenta que el entorno no es un lugar estático, es un movimiento acuoso de gente, de mensajes, de lenguajes, de cosas... Que todo cambia rápidamente y se crean tendencias, lenguajes, modas y opiniones al instante. Y dentro de ese entorno, están los votantes que tienen su propia dinámica. Que se contradicen de un momento a otro - o por segundos - al ritmo de twitter y whatsapp, transformándose en una masa volátil, difícil de congelar, como se pretende con una encuesta. Como si fuera una foto del momento, como se decía en el pasado cuando se hablaba de los resultados de las encuestas.
Para ayudarnos a interpretar este fenómeno de volatilidad política que afecta el resultado de las encuestas, se puede agregar también otro factor muy psicoanalítico: “el miedo a la pérdida”, que tiene importancia extrema en la Argentina, y también en otros países, donde la política se maneja con las reglas del poder. En el momento de ingresar al cuarto obscuro, ciertos electores podrían recibir un último llamado del subconsciente al consiente, para que el votante no meta la pata y recuerde que alguien le dijo que si vota a XX, perderá los planes sociales, el puestito conseguido con tanto esmero o el subsidio que mantiene en pie su negocio.  
Los medios de comunicación, los analistas, los políticos, la gente en general, lee las encuestas como si fuera un termómetro que mide la fiebre. No hay pensamiento crítico y muy pocos le dedican un tiempito a preguntarse, o preguntar, cómo fue realizado el estudio. Tendremos que acostumbrarnos a otra lectura de las encuestas y a otra forma de hacerlas, más relativa en la intención de voto pero más rica en lo cualitativo, en aquello que mide lo que representa el candidato, desde lo humano; desde sus propuestas y sus capacidades y competencias para gobernar. (Esto a su vez provocará un cambio drástico en el marketing político)
El nuevo método de encuestas deberá seguir el ritmo de la gente y tomar lo que le sirva de las ciencias de la conducta, de las neurociencias, y de las nuevas tecnologías que vendrán. Por supuesto, muy importante y básico: primero habrá que implantar en la Argentina un nuevo sistema electoral y de emisión de votos, rápido y seguro, adecuado para este siglo de relaciones instantáneas y de la vida líquida de Zygmunt Bauman.

domingo, 11 de octubre de 2015

INVESTIGACIÓN ETNOGRAFICA: El Inicio del Proceso de Innovación.


La innovación no es sólo acerca de la generación y gestión de ideas. La innovación efectiva comienza con la comprensión de las necesidades no satisfechas de los clientes en la resolución de sus problemas cotidianos, y se concreta el proceso cuando el cliente compra el producto o servicio que cumple con la experiencia buscada y queda satisfecho.

En consecuencia, el proceso de innovación comienza con la investigación, que se compone de los siguientes cuatro pasos resumidos:
  1. Se reúne un conjunto completo de las necesidades del cliente y el entorno competitivo. 
  2. Identificar a los competidores y sus propuestas para el cliente. 
  3. Determinar cuáles son las necesidades insatisfechas del cliente. 
  4. Se genera una lluvia de ideas que respondan a las necesidades insatisfechas para producir conceptos que se puedan evaluar. 
  5. Definir cuáles son las ideas-conceptos mejores para perseguir los objetivos estratégicos de la empresa. Se trabaja en el concepto final y el prototipo, para analizar si efectivamente resuelve el problema, añadiendo valor, tangible/intangible, para el cliente potencial.  
La investigación etnográfica produce todo tipo de ideas relacionadas con comportamientos de los clientes, las actitudes, las necesidades funcionales y emocionales, preferencias e ideas para la mejora del producto o servicio; o para producir innovación disruptiva, aquella que rompe paradigmas.



Normalmente se llevarán a cabo unas 30 o más entrevistas etnográficas con los clientes, para recopilar un conjunto de puntos de vista. Con videos y muchas páginas de transcripciones, se piensa que ya se obtuvo toda la información para una lluvia de ideas de nuevos conceptos de productos y servicios. Pero hay varios problemas: En primer lugar, muchos investigadores van al trabajo de campo sin una comprensión clara de lo que están buscando y qué preguntas hacer para obtener los datos que necesitan. Hemos visto empresas completar su investigación etnográfica y seguir adelante con el resto del proceso de innovación, sin haber aprendido todas las necesidades del cliente, o las necesidades insatisfechas. Estas investigaciones casi siempre fallan para descubrir todas las ideas necesarias para sustentar con éxito la generación de nuevas ideas de conceptos de productos o servicios.

Igualmente inquietante: muchas de estas investigaciones inconclusas están tratando de usar el método de la investigación cualitativa etnográfica como si fuera a recoger información cuantitativa. Esto no sólo es un error costoso, porque sabemos que la investigación etnográfica no puede dar datos cuantitativos estadísticamente válidos, que se necesita para mitigar el riesgo (Algo similar sucede con la técnica de los "focus groups", muy utilizada por los estudios de mercados). Para obtener los beneficios de la investigación etnográfica, hay que entender cómo se utiliza mejor como herramienta de investigación cualitativa.

Para que la investigación etnográfica sea efectiva en la innovación de productos o servicios, incluso procesos industriales y de organización, debe cumplir con los siguientes requisitos:
  1. Definir correctamente qué tipo de información se requiere sobre el cliente, 
  2. cómo capturar esa información indispensable y relevantes, y, por último, 
  3. cuándo y cómo usar la información para iniciar el proceso creativo de la innovación y establecer los conceptos con más probabilidad de éxito, y continuar con la construcción de los prototipos para la prueba final. 
Si se abordan detalladamente estas tres condiciones -teniendo pensamiento crítico con cada una de ellas- se llegará con éxito a los beneficios de utilizar la investigación etnográfica como una herramienta de investigación cualitativa para innovar, pero no para ningún otro propósito, como, por ejemplo, estimar el mercado potencial de un producto o servicio, en un segmento de clientes.


lunes, 3 de agosto de 2015

jueves, 1 de enero de 2015

EL PENSAMIENTO DEL DISEÑO: UN PASO ADELANTE EN LA INNOVACIÓN

El Pensamiento del Diseño, o Design Thinking, es una metodología para pensar la innovación y el diseño de forma integradora con el mercado, el negocio y la tecnología, que está en permanente movimiento. Roger Martin, profesor de la Universidad de Toronto, lo llamó “pensamiento integrador” y en ese momento comenzó el cambio y el inicio del pensamiento del diseño como nuevo paradigma.
Esa idea germinó en el entorno de la Universidad de Stanford, California, con los hermanos Tom y David Kelley, como pioneros. Pero es Tim Brown quién le da forma en su trabajo "Design Thinking", publicado en 2008 en Harvard Business Review, cuando se hace cargo de IDEO, consultora en innovación creada por David Kelley.

La mejor manera de predecir el futuro es crearlo. Design Thinking es una disciplina que usa los métodos y las capacidades del diseñador para que las necesidades y deseos de la gente confluyan con lo que es tecnológicamente factible y con un modelo de negocios viable para aprovechar una oportunidad, donde el marketing estratégico pueda generar valor para el cliente. Design Thinking se enfoca en impulsar innovaciones de productos, servicios y procesos de negocios, en general, y pone en el centro al ser humano y su entorno. Mientras el marketing se propone capturar mercados, el Design Thinking los crea, encontrando o reconociendo lo que el cliente todavía no sabe que quiere para satisfacer un deseo, una experiencia o un problema en su vida cotidiana. Design Thinking ayuda a las empresas a identificar espacios para la innovación a través de una combinación de investigación etnográfica, la investigación de mercados tradicional y la inteligencia competitiva. El resultado es una rica visión de oportunidades, desglosado por perfiles de clientes, preferencias y puntos de compra para comenzar el proceso de diseño.

El Pensamiento del Diseño, través de la investigación, en diferentes niveles del mercado y metodologías multidisciplinarias, genera la inspiración que define la oportunidad o el problema a solucionar; impulsa la ideación que comienza a trabajar en las soluciones; con la implementación que genera el diseño final, y la estrategia de mercado, generando un continuo proceso de innovación que busca que el producto o servicio, empujando por una ventaja competitiva sustentable, tome una posición fuerte en la mente del cliente, diferenciada y distanciada de los competidores.

Una de las herramientas claves de investigación del Design Thinking es la etnografía, con sus múltiples técnicas de estudio pero con la observación participativa, la entrevista y la empatía como las más practicadas. Es decir, la investigación destinada a explorar los fenómenos culturales, mediante la observación directa y detallada de sus participantes o clientes, a fin de captar su punto de vista y su visión del mundo. A partir de una síntesis de lo observado se produce la identificación de los llamados "insights", termino en inglés utilizado por la psicología y que se puede traducir como visión interna, percepción o entendimiento. (Este término fue introducido por la Gestalt) 

Desde le perspectiva del Pensamiento del Diseño, el "insight" se define como la forma de pensar, sentir y actuar del cliente, con su necesidades latentes. Son reveladores de significados profundos del comportamiento del consumo; son como una manera de mirar más allá de lo evidente, entendiendo que la gente no compra productos sino que busca solucionar problemas, satisfacer deseos o tener experiencias diferentes, entre otras razones.

Los clientes esperan nada menos que grandes productos - independientemente de la tecnología, la plataforma, o el contexto. Las empresas tienen que asegurarse de que puedan crear y mantener los productos que ofrecen. La tecnología está transformando las experiencias de usuario, lo que permite mejorar la productividad en el trabajo, una mayor conectividad interpersonal y relaciones más significativas con los clientes.

Al adoptar el Design Thinking un enfoque interdisciplinario, integrador y holístico, con pruebas temprana de la innovación a través de simulaciones, prototipos y pruebas con el cliente, asegura conceptos de productos y servicios convincentes que son implementables y llevados al mercado con una significativa probabilidad de éxito.

Por supuesto, la metodología del Pensamiento del Diseño no es posible sin un equipo flexible y conducido con liderazgo habituado al pensamiento estratégico; con compromiso, motivación, pasión, talento y creatividad.

Recomiendo ver la siguiente presentación de TIM BROWN - IDEO