En Rise of the Robots, un libro futurista y premonitorio, el empresario de Silicon Valley, Martin Ford, sostiene que a medida que la tecnología continúa acelerándose y las máquinas comienzan a cuidarse de sí mismas, menos personas serán necesarias. La inteligencia artificial ya está avanzando en su manera de hacer obsoletos "buenos empleos": muchos asistentes de abogados, periodistas, trabajadores de oficina, e incluso los programadores informáticos, están a punto de ser sustituido por robots y software inteligente.
A medida que se sigue avanzando, los trabajos de fábricas y de oficina, por igual, se evaporarán, según Ford, perjudicando el ingreso de muchas familias y afectando a la clase media, especialmente. Al mismo tiempo, dos de las principales industrias como la educación y el cuidado de la salud, hasta ahora no han sido transformadas por la tecnología de la información.
Como resultado, la introducción de las máquinas inteligentes y autosuficientes bien podría ser el causante del desempleo masivo y de la desigualdad, así como de la implosión de la economía de consumo en sí. En Rise of the Robots, Ford detalla lo que la inteligencia artificial y la robótica pueden lograr, e implora a los empresarios, académicos, y al gobierno y diseñadores de políticas públicas, a hacer frente a las consecuencias. Las soluciones del pasado a problemas tecnológicos, sobre todo, con más formación y educación, no van a funcionar, y que hay que decidir, ahora, si el futuro será la prosperidad de una amplia base de la población o tendremos niveles catastróficos de desigualdad y de inseguridad económica.
Al igual que en el comienzo de la revolución industrial en el siglo 19 y principio del 20, la angustia desmesurada sobre la inminente desaparición de puestos de trabajo es una preocupación muy extendida en nuestra época. El fin del trabajo como lo conocemos puede ser una fatalidad en la Cuarta revolución industrial que a diferencia de las anteriores, no puede generar nuevos ecosistemas económicos, con creación y demanda de nuevas profesiones. En un relato de ciencia ficción, un adolescente se pregunta por qué hay que aspirar a una carrera en la medicina cuando los robots del futuro van a hacer mejor el trabajo. (Ya lo están haciendo, en operaciones del cerebro)
Nadie puede predecir con certeza el resultado del torrente de automatización que se está introduciendo en las fábricas y en los servicios. Como Martin Ford deja claro en su impresionante y aterradora Rise of the Robots: la evidencia es suficiente para afirmar que la inteligencia artificial ya está ocupando puestos de trabajo que antes se consideraban factibles solamente para los seres humanos. Ford proviene de una formación en ingeniería - él era director de tecnología de una compañía de software de Silicon Valley - esto hace que su mensaje sea aún más preocupante. El grado de penetración en la sociedad de los robots, y la llegada de la "singularidad tecnológica", cuando las máquinas sean superiores al humano, dentro de unos 30 o 40 años, es una cuestión de conjeturas.
Según una estimación, casi la mitad de todos los empleos en Estados Unidos están en riesgo, y el cambio será profundo. El verbo favorito de Ford es vaporizar. Y él lo utiliza, junto con sus sinónimos, para describir el destino de segmentos enteros de trabajo. Los robots serán capacitados para la ejecución de cualquier trabajo cuyo requisito básico sea la experiencia o el juicio. Abogados, periodistas, analistas financieros serán vaporizados. Evaporados. Desaparecidos. Lo mismo ocurre con los farmacéuticos, radiólogos, incluso los programadores informáticos. Ford cita un estudio de 2013, que afirma que el número de estadounidense de ingeniería y ciencias de la computación que se graduó superó los puestos de trabajo disponibles en un 50 por ciento.
Al abrazar el lado sombrío del debate, Ford se inclina en contra de la ortodoxia económica. La mayoría de los analistas cree que los avances tecnológicos, a pesar de que destruyan algunos puestos de trabajo, terminan creando mucho más al estimular nuevas industrias y plataformas. La teoría de la "destrucción creativa" de Joseph Schumpeter, explica por qué el surgimiento de la tecnología del automóvil, la nueva industria creó muchos más puestos de trabajo en las plantas de automóviles, estaciones de servicios, empresas de alquiler de vehículos, en los talleres mecánicos y ventas de repuestos.
Esta vez realmente es diferente, en la Cuarta revolución industrial. Aunque a muchas personas les preocupa que la inteligencia artificial pueda superar la mente humana, el desarrollo más significativo es que las computadoras son cada vez mucho mejor en la realización de tareas predecibles. Muchas profesiones son reducibles a los componentes pequeños y repetibles. Que las hace vulnerables a la obsolescencia. Una paradoja de la era de la información, es que como el trabajo se hace cada vez más especializado, puede, en muchos casos, ser más susceptibles a la automatización.
Es un mito que las computadoras pueden realizar tareas solo si están programadas. Una técnica llamada programación genética, lo que refleja la evolución y mutación, puede crear música, escribir programas, e incluso "pensar" sin la asistencia de un programador.
Ford sostiene, que los robots equipados con tecnología de realidad virtual comenzarán la vaporización de puestos de trabajo de contacto con otros humanos, por ejemplo: las de los profesores, atención al cliente, el personal administrativo, e incluso los gerentes. En Los Innovadores, libro de Walter Isaacson, que escribió la mejor biografía se Steve Jobs, se afirma alegremente que todo terminará bien porque los seres humanos colaborarán con las máquinas que amenazan nuestros empleos.
Cuidado de la salud puede ser en parte una excepción al cambio drástico de profesionales y puede crear nuevas actividades y trabajos. Máquinas inteligentes serán capaces de evaluar rápidamente cientos de miles de casos médicos y las historias clínicas con el fin de diagnosticar una enfermedad, pero se requerirá un técnico para operar esas máquinas. Pero pronto esto podría cambiar y estar viendo a los robots ponerse los guardapolvos blancos. A principios de este año, IBM dijo que había "estado poniendo ojos a la computadora Watson", muy poderosa hasta ahora en procesamiento de datos, por lo que es capaz de examinar un gran número de tomografías computarizadas, resonancias, radiografías y mamografías, haciendo una referencia cruzada de los resultados con los datos del paciente, para que emerja un sólido diagnóstico.
¿Qué hará y cómo será la sociedad en un futuro sin trabajo y manejada por máquinas inteligentes? Lo que escribieron los grandes escritores de Ciencia Ficción se convirtió en pronóstico y ya se está manifestando. "Hola, Terminator". "Hola, HAL 9000", comenzó la odisea de nosotros, los seres humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario